HISTORIA DE NUESTRA EMPRESA 

Pescados y Mariscos Villacarmen S.L comienza su andadura en el año 1990 cuando José Manuel Pérez y su mujer Inés Lasarte adquieren en propiedad la antigua casa del premio nobel de fisiología y medicina Don Severo Ochoa.

En un principio la idea de aquellos dos jóvenes empresarios era iniciarse en la hostelería y construir un pequeño restaurante en la finca que rodea la casa, pero ante la gran variedad y calidad de pescados y mariscos que desembarcaban en la costa valdesana, ambos decidieron dar un giro a sus ideas e iniciar un negocio dedicado a la comercialización de los productos del mar.

Comienzan a llegar los primeros productos de las principales lonjas de la costa occidental de Asturias (Luarca, Puerto de Vega, Cudillero) y que José Manuel e Inés se encargan personalmente de supervisar.

Poco después, se amplía el ámbito de compra de mercancía a las más importantes lonjas gallegas, aumentando así la gama de mariscos y pescados, y consiguiendo con ello una selección inigualable en cuanto a calidad y variedad.

Después de unos años manteniéndose entre la élite del marisco asturiano y sirviendo a los mejores restaurantes de la provincia, es cuando empresas de restauración de todo el país comienzan a interesarse por la calidad y el servicio de esta pequeña empresa.

En el año 2000, con a penas 16 años, se incorpora al negocio su hijo Adán, que aporta el toque de frescura y le da un pequeño empujón a la empresa.

Es en este momento cuando se adquiere la empresa Cetárea Sport S.L, ubicada también en Luarca, en un lugar privilegiado a pie de playa y con entrada continua de agua natural, lo que permite a los mariscos conservar todas sus propiedades para mantener ese sabor tan peculiar que los distingue.

Posteriormente ambas empresas continúan abriendo mercado y se comienzan a acercar al cliente particular que pronto empieza a depositar su confianza, motivado por la calidad de los productos y del servicio.

En 2004 comienzan las obras de unas nuevas instalaciones en el Polígono industrial de Almuña, donde se lleva a cabo el montaje de una planta de elaboración de pescado, un túnel de congelación, una cámara para almacenar alrededor de 500.000 Kg de mercancía y una cámara de ozono para mantener el pescado y, sobre todo, un lujo de nuestras costas como es el percebe, en un estado inmejorable.

Todo ello junto con la suma de 60 viveros preparados con el más novedoso sistema de depuración y enfriamiento que existe en el mercado y ayudados por una sala de expedición de producto, hacen de todo este conjunto dos empresas que viven por y para el servicio a los más selectos restaurantes y a los más exigentes paladares.